No hay vuelta atrás. Las Navidades ya están aquí y tenemos por delante tres semanas de mucho ocio, comidas familiares, de trabajo, quedadas con amigos, meriendas, almuerzos, cenas, aperitivos… En este post te damos algunos tips para que estos días no consigan arruinar la rutina saludable que con tanto esfuerzo has conseguido incluir en tu día día. ¡Toma nota de todo! ¡Empezamos!

La Navidad es un momento de compartir, festejar, celebrar la vida, la salud, la amistad, el amor… pero eso no quiere decir que tengamos que dejar completamente a un lado los hábitos sanos que llevamos en nuestro día a día. Así, es posible disfrutar de estas fechas tan especiales, en todos los sentidos, y que la vuelta a la normalidad no sea nada traumática. ¿No lo ves posible? Ten muy en cuenta los tips que te contamos en en nuestro blog y te resultará mucho más sencillo.

Compensa, todos los días cuentan

Aunque tengamos muchos momentos de copiosas comidas en familia o con amigos estas navidades, no todos los días son fiesta. Permítete comer más cantidad o menos saludable algunos días puntuales, pero compensa el resto de jornadas incluyendo más verduras o elaboraciones más sencillas en tu menú.

Además de no estar comiendo en exceso, tu organismo te agradecerá no tener que hacer un sobreesfuerzo cada día para digerir comidas intensas. También puede ser una buena opción incluir algún zumo détox en momentos puntuales, que además de depurar, equilibrarán la ingesta de calorías.

Mantente activo

No abandones completamente la actividad física. Aunque no puedas ir al gimnasio como de costumbre, mantente activo: sal a caminar a buen ritmo, entrena en casa como hacías durante el confinamiento, monta en bici, date una carrerita por el parque.

Es bueno que tu metabolismo se mantenga activo en todos los sentidos y, la actividad física, además de traerte multitud de beneficios para el cuerpo, te aportará ese equilibro que necesitas también para la mente.

Pecados sí, con moderación

Polvorones, turrones, mazapán, bombones, roscos… Sí a todo, pero con cierta moderación. Comer con cabeza tiene todo el sentido, especialmente cuando hablamos de dulce en Navidad. No se trata de que no puedas probar ni un pastel en todos estos días, pero hazlo en momentos puntuales.

Además de disfrutarlo a tope, tu cuerpo te lo va a agradecer en todos los aspectos. Así, si has comido aperitivo, primer y segundo plato en un almuerzo familiar, quizás es conveniente dejar el postre para otro día.

Deja a un lado esa máxima de “perdidos al río”. En el dulce, como el resto de comidas, cada día cuenta.

Descanso imprescindible

El descanso es absolutamente imprescindible para la salud. Por eso, también en Navidad, con cientos de planes por hacer, es importante saber tomar ese tiempo para uno mismo y darle descanso al cuerpo.

Dormir hasta un poco más tarde, echarse una siesta y disfrutar de planes relajados serán la clave para conseguir ese relax tan necesario en unas fechas en las que vamos de un lado a otro con bastante estrés por multitud de motivos.