Es domingo y llega uno de nuestros planes favoritos de fin de semana: disfrutar de un paseo tranquilo y relajado por nuestra maravillosa ciudad de Toledo, haciendo una parada especial en alguno de nuestros lugares clave. En esta ocasión, nos detendremos en el puente de San Martín, declarado Monumento Nacional en 1921. ¿Nos acompañas? ¡Empezamos ya!

El puente de San Martín, construido en el período gótico, se encuentra al oeste del casco histórico de Toledo. Junto con el puente de Alcántara, ubicado en el lado oriental, formaba parte del sistema defensivo de la ciudad.

Construido íntegramente con sillares de granito, consta de cinco arcos ligeramente apuntados, destacando por su tamaño el central, con unas dimensiones de cuarenta metros de luz y más de veintiséis metros de altura sobre el nivel del río. Destacan en cada extremo, dos torreones defensivos de planta irregular.

Historia y usos del puente de San Martín

El puente fue utilizado como pontazgo, recaudando los diversos impuestos que se pagaban por el paso de mercancías y del ganado trashumante, ya que enlazaba la ciudad con la comarca de los Montes de Toledo y con Extremadura. Además del ganado, el puente servía a los arrieros que transportaban el granito procedente del cercano pueblo de Ventas con Peña Aguilera, el mármol de San Pablo de los Montes, el carbón vegetal u otros productos de la zona.

A finales del siglo XVII, durante el reinado de Carlos II, el puente de San Martín se reformó parcialmente, ensanchándose sus accesos y modificando el torreón interior, cuya puerta fue rematada con un gran escudo imperial flanqueado por las figuras de dos reyes sedentes.

Un siglo más tarde, con Carlos III como rey, el puente se pavimentó y declarado Monumento Artístico Nacional en 1921, soportando el paso de tráfico rodado hasta 1.976, fecha a partir de la que sólo se permite su uso peatonal.

¡Hoy es un buen día para disfrutarlo!

Si puedes ver aquí nuestro anterior Paseo por Toledo en el que visitamos la Sinagoga Santa María La Blanca.