Rutina básica para preparar tu piel para el buen tiempo

Este año no queremos que nos pille el toro y vamos a empezar con la preparación de nuestra piel ya, para cuando de verdad llegue el buen tiempo. No tenemos que volvernos locos, pero sí introducir algunos cambios en nuestro ritual de tocador, de cara y cuerpo. Si te interesa este tema, sigue leyendo y toma nota de nuestra rutina básica para preparar la piel para el buen tiempo. ¡Te va a encantar!

Dejando a un lado complicaciones y rutinas cosméticas de 7 pasos para las que no tenemos mucho tiempo, vamos a simplificar al máximo nuestro ritual de belleza para quedarnos solo con aquellos productos imprescindibles y efectivos. Esta rutina tiene tan solo 3 pasos y podrás seguirla en tu día a día sin problema.

 

 

1. Exfoliación suave

Cuando suben las temperaturas empezamos a usar prendas más ligeras, a desprendernos de las medias o los calcetines, remangarnos la camisa, usar manga corta… Y queremos tener la piel preparada para ese ‘destape’ después de tantos meses cubiertos para protegernos del frío.

Por eso, hay que empezar por retirar todas las células muertas que han podido ir acumulándose en nuestra piel y la mejor forma de hacerlo es con una exfoliación suave, varios días a la semana.

 

 

Como ya te comentamos con detalle en este artículo, hay una rutina de belleza para el cuerpo que nos encanta y que usada correctamente nos permite lucir una piel suave, luminosa y bonita. Hablamos del cepillado en seco, un regalo para tu cuerpo que, con una técnica sencilla y barata, te dará maravillosos resultados desde el primer día.

El cepillado es seco, como su propio nombre indica, consiste en cepillar la piel seca. Se hace con un cepillo de cerdas naturales, de una dureza baja o media, que ofrecerá a tu cuerpo una exfoliación suave a la vez que estimula la circulación sanguínea. La clave está en realizar el cepillado en seco, sin utilizar ningún tipo de crema o aceite.

Puedes comenzar haciéndolo dos veces a la semana para ver cómo responde tu piel y luego aumentar la frecuencia, para evitar posibles irritaciones. No obstante, cualquier rojez que pueda aparecer al principio es totalmente fugaz.

 

2. Hidratación intensa

Una vez realizada la exfoliación, toca hidratar la piel para ayudarla a recuperarse. Busca una crema hidratante que se adapte a tus gustos en cuanto a textura y rapidez de absorción y no te olvides de ponerla a diario después de la ducha.

Hazlo además incidiendo en aquellos puntos del cuerpo que suelen resecarse con más frecuencia, como codos, rodillas o talones, ya que además son justo los que vamos a empezar a enseñar en nada.

 

 

 

3. En el rostro: protección solar

En el rostro también debemos efectuar una exfoliación suave con algún producto específico o con cepillos especiales y por supuesto hidratar todos los días.

Sin embargo, en la cara añadiremos todos los días un último paso, imprescindible para lucir una piel bonita y sana y considerado además por los especialistas el único paso en una rutina de belleza que no debemos saltarnos ningún día de año. Hablamos de la protección solar.

Y lo haremos por varios motivos. El primero porque las radiaciones solares empiezan a ser más intensas con el buen tiempo y el segundo, porque al exfoliar la piel la estamos dejando un poco más desnuda y por tanto más frágil ante cualquier daño externo, como puede ser el solar.

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