De paseo por Toledo: el Puente de Alcántara
Toledo es una ciudad maravillosa para pasear, y el domingo es el mejor momento para hacerlo sin las prisas y el bullicio del día a día. En nuestra propuesta para disfrutar de la ciudad el fin de semana, hoy nos detenemos en el Puente de Alcántara, uno de los monumentos más emblemáticos y queridos de la capital, que en este post conoceremos un poco mejor. ¡Empezamos!
El Puente de Alcántara es una de las joyas arquitectónicas más antiguas de Toledo. ¿Pero por qué es tan famoso? El Puente de Alcántara formaba parte del recinto defensivo de la ciudad. De origen presumiblemente romano, se cita ya en el año 788 y se construye como confluencia de caminos que buscan el paso hacia la ciudad desde el este, atravesando el río Tajo.
La realidad es que siglos después, no deja impasible a nadie y por mucho que lo conozcamos y veamos todos los días, no podemos apartar la mirada de su hermosa y mágica imagen, tanto de día como de noche.
Destruido y reconstruido varias veces
Este monumento ha sido destruido y reconstruido en varias ocasiones, lo que alimenta su leyenda y el cariño de los vecinos de Toledo por él. Como curiosidad, seguro que sabes que el Puente de Alcántara cuenta con una inscripción que detalla que fue acabado de construir el año 997 de nuestra era por Alef, hijo de Mahomat Alamerí, alcaide de Toledo.
Posteriormente fue reformado en varias ocasiones, siendo la más importante en época de Alfonso X, en la que se construye la torre mudéjar del extremo occidental, que después modificarán los Reyes Católicos en 1484. En este lado oeste, el puente posee una puerta fortificada, almenada en su base y coronamiento, constituida por un arco de medio punto en el que está incluido otro de herradura, y decorada con la estatua de San Ildefonso y el escudo de los Reyes Católicos.
Una pieza histórica que guarda historias y leyendas de muchas épocas y que en pleno siglo XXI sigue provocando la admiración de quienes tienen la suerte de contemplarlo cada día. ¡Disfruten del domingo!