De paseo por Toledo: El Pozo Amargo

Un domingo más nos datos cita en nuestros paseos por Toledo y llegamos a un rincón que alberga una de las historias más conocidas de nuestra ciudad, que según cuentan remonta a la época de la Edad Media. Hablamos de la leyenda del Pozo Amargo, que recordamos con detalle en este post a continuación. ¡Feliz domingo a todos!

Entre la calle Ave María y el pasaje que da nombre a esta triste historia se encuentra una pequeña plaza que alberga un antiguo pozo de piedra. Antaño su función era la de dar agua a los toledanos para beber, cocinar y fregar. Fue así hasta que un día las lágrimas de amor de una hermosa mujer judía convirtieron su agua en amarga. Así comienza la leyenda del Pozo Amargo que repasamos hoy.

 

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Un amor con triste final

La joven judía de esta historia se llamaba Raquel y era hija de Leví, uno de los rabinos mejor considerados por su comunidad en la ciudad de Toledo. Su amado se llamaba Fernando y era un noble y apuesto cristiano toledano. Su amor fortuito surgió un buen día en el que él llamó a la puerta del palacio judío preguntando por la residencia de un vecino.

Desde ese encuentro fortuito en el que los dos jóvenes cruzaron sus miradas, surgió un amor prohibido debido a la religión y a la posición social de cada uno de ellos que ha viajado por el tiempo siglos y siglos.

La judía Raquel, consciente de que su padre no aprobaría esa relación con Fernando, trató de ocultarla citándose con él cada noche entre las sombras de los callejones aledaños al pozo que se encontraba junto a su jardín. Pero un día, un amigo de Leví vio a su única hija besarse con Fernando y corrió a contárselo.

El rabino entró en cólera y quiso vengarse del joven cristiano arrojándolo al pozo la noche siguiente de enterarse del romance que mantenía con su hija. Desconsolada, Raquel lloró día y noche hasta llenar el pozo de lágrimas amargas. Pasados unos días, la joven judía no pudo soportarlo y bajo la luna que tantas noches había iluminado los rostros de estos enamorados, terminó por lanzarse a dicho pozo para permanecer eternamente junto a su amado.

 

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Historia del Pozo Amargo

Con los años, este pozo se ha convertido en uno de los puntos de interés más destacados de la ciudad. Entre las rutas nocturnas que se realizan por las calles de la ciudad, es una de las paradas obligadas para contar la leyenda de los amantes Raquel y Fernando.

Se trata de un pozo con el brocal de piedra, cuenta con una estructura y manivela de metal y está sellado con una tapa del mismo material. Se tiene constancia de que dicho pozo era uno de los más destacados de Toledo en 1093, conocido como pozo de Caxali. No será hasta 1162 cuando se modificará su nombre por el de Pozo Amargo, época en torno a la que se inspira esta triste leyenda.

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