Leche, cacao, avellanas… seguro que tú también eres capaz de terminar este famoso eslogan de la crema de cacao con la que ha merendado a diario varias generaciones de niños y niñas. Pues estás de suerte porque existe una versión saludable y tenemos la receta para ti. Sigue leyendo y aprende a preparar crema de cacao casera, fácil y ¡deliciosa! Te prometemos que no querrás comprar ninguna industrial nunca más.

Nuestra receta de crema de cacao casera es perfecta para desayunar, merendar o para darte un capricho a lo largo del día. La tendrás lista en unos minutos y, una vez hecha, deberás conservarla en la nevera por un máximo de 5 días, aunque dudamos que dure tanto…

Beneficios del cacao

El cacao tiene multitud de beneficios para la salud que invitan a consumirlo, de manera moderada, casi a diario. Para obtener todas esas ventajas en la salud, es fundamental consumir las versiones más puras de este producto, de manera que tanto el cacao en polvo como el chocolate negro, contengan pocos azúcares añadidos, siempre combinándolo con una dieta saludable y actividad física.

Además, el cacao contiene feniletilamina, que produce un efecto placentero a nivel cerebral, y anandamida, que causa relajación y sensación de bienestar. No lo decimos nosotros, lo dice la ciencia.

Ingredientes de la crema de cacao casera

Vamos con la receta de la crema de cacao casera. Sigue estos sencillos pasos al pie de la letra y el resultado será un éxito asegurado:

• 100 gramos de dátiles sin hueso cortados en trozos
• 150 mililitros de bebida de avena
• 125 gramos de avellanas tostadas
• 1 pellizco de sal
• 150 g de chocolate negro en trozos, cuánto más puro mejor. A nosotros nos encanta el de 85% de cacao. Si tu batidora no es muy potente puedes usar cacao en polvo.
• 75 mililitros de aceite de girasol
• 3 cucharadas aceite de coco (opcional)

Elaboración de la crema de cacao casera

En el vaso picadora de la batidora, comenzamos moliendo las avellanas hasta que se forme una pasta. A continuación, añadiremos los dátiles y el chocolate y volvemos a batir para que se integren bien. Es normal que la mezcla se quede pegada a las paredes del vaso, pero podemos ir bajándola con una espátula.

Por último, añadimos la bebida de avena, el pellizco de sal, el aceite de girasol y el de coco si queremos usarlo. Es el momento de batir todo bien para que formar una mezcla homogénea.

Cuando esté lista, la pondremos en un tarro de cristal y lista para disfrutar. ¡Buen provecho!

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