Junto con las ensaladas, el gazpacho es el rey de la cocina en verano. Sabroso y refrescante, apetece a cualquier hora y gusta a niños y mayores por igual. El gazpacho tiene tantos fans, que han surgido versiones de la receta tradicional que cuentan cada vez con más adeptos. En este post te contamos cómo preparar tres tipos de gazpachos distintos: de tomate, sandía o cereza. ¿Cuál es tu favorito? Te hacemos spoiler: te va a costar decidirte.

Hay tantas recetas de gazpacho como casas y cocinas, ya que cada uno tiene la suya propia, con la proporción de ingredientes que más le gusta. Lo que sí deben llevar todos los gazpachos del mundo mundial es tomate, pimiento, agua, aceite de oliva virgen extra, sal y un pelín de ajo.

Poniendo todo junto en la batidora y triturando hasta conseguir la textura deseada conseguiremos la versión más tradicional del gazpacho: el clásico de tomate. Es nuestro favorito siempre, para almorzar, cenar, como aperitivo… todos los días del verano.

Gazpacho de sandía

Si quieres innovar en tu receta del gazpacho y que siga estando fresca y deliciosa prueba a poner solo un tercio del tomate que añadirías para la versión tradicional y que el resto sea sandía. La fruta le aportará ese toque dulce que a muchos nos encanta.

Es imprescindible limpiarla bien y retirar todas las pepitas antes de triturar. Como la sandía tiene muchísima agua, es posible que el gazpacho quede demasiado ligero, Si es así, añade un pelín de pan remojado para aportarle mayor textura y ¡disfrútalo!

Gazpacho de cerezas

La última versión de nuestro gazpacho sustituye la sandía por las cerezas y requiere un poco más de tiempo en la preparación, ya que deberás quitar los huesos de la cereza uno a uno antes de pasarlo por la trituradora.

Esta receta es la que posee un sabor más sorprendente, así que puedes reservarla para dar el toque diferente a un almuerzo especial.