Vivimos rodeados de decenas de ruidos, aunque según su intensidad pueden ser más o menos imperceptibles, molestos o insoportables. En el post de Luz del Tajo de hoy hablamos de la contaminación acústica y cómo ésta puede afectar a nuestra salud. Si no sabes cuáles son las consecuencias de este tipo de afección sigue leyendo y descúbrelas todas. ¡Empezamos!

No hay ninguna duda, el ruido al que estamos expuestos a diario nos afecta de manera negativa. La exposición prolongada a este tipo de sonidos puede provocar trastornos del sueño, efectos perjudiciales en los sistemas cardiovascular y metabólico, deficiencias cognitivas en los niños…

De hecho, en nuestros días, el ruido ambiental es una de las causas que provocan 48.000 nuevos casos de cardiopatía isquémica al año, así como 12.000 muertes prematuras. También se calcula que 22 millones de personas sufren molestias crónicas importantes y que 6,5 millones de personas padecen alteraciones del sueño graves y crónicas. Como consecuencia del ruido de las aeronaves, calculamos que 12.500 niños en edad escolar tienen problemas con la lectura. Las cifras son abrumadoras.

El ruido, un mal invisible

Pero estamos ante un problema casi invisible. Así, muchas personas no se dan cuenta de que la contaminación acústica es un problema grave que afecta a la salud de todos los seres humanos, incluida la suya.

Pero no todos los sonidos están considerados contaminación sonora. La Organización Mundial de la Salud define como ruido cualquier sonido superior a 65 decibelios (dB). En concreto, dicho ruido se vuelve dañino si supera los 75 dB y doloroso a partir de los 120 db. Se recomienda no superar los 65 dB durante el día y los 30dB durante la noche, para que el sueño sea realmente reparador.

¿Qué es la contaminación acústica?

Las causas de la contaminación acústica son múltiples, ya que el ruido puede proceder de infinidad de sitios. Estos son los más comunes:

• Tráfico

El principal foco de ruido en las ciudades es el generado por el tráfico rodado. Por ejemplo, el claxon de un coche produce 90 dB y el de un autobús 100 dB.

• Aviones

El número de aviones que sobrevuelan una ciudad es inferior al de coches, pero su impacto es mayor: cada uno de estos aparatos produce 130 dB. Las zonas cercanas a aeropuertos son, obviamente, las que más sufren este tipo de problemas.

• Obras de construcción

Los trabajos de construcción o reforma de un edificio un parking, el reasfaltado de la calle o la acera… Todas estas actividades cotidianas provocan contaminación acústica que afecta a nuestra salud y que normalmente superan los cB permitidos.

• Bares, restaurantes y discotecas

Los bares, los restaurantes y las terrazas que se montan en el exterior cuando llega el buen tiempo pueden llegar a superar los 110 dB. En este apartado también entraría el ruido de pubs y discotecas que tanto afecta al descanso de los vecinos.

• Animales

El ruido que generan los animales puede pasar desapercibido, pero los ladridos y aullidos de un perro, por ejemplo, pueden rondar los 60-80 dB si los medimos. Este tipo de sonido continuado en el tiempo, puede afectar considerablemente a nuestra salud.

Contaminación acústica y salud

Repasamos ahora los problemas que la contaminación acústica puede provocar en la salud humana, ya que son bastante y algunos graves:

Agitación respiratoria, aceleración del pulso, aumento de la presión arterial, dolor de cabeza y, ante sonidos extremos y constantes, gastritis, colitis o incluso infartos. Asimismo, el ruido puede provocar episodios de estrés, fatiga, depresión, ansiedad o histeria tanto en seres humanos como en animales.

En lo relativo al sueño, un ruido por encima de los 45 dB impide conciliar el sueño o dormir correctamente, lo que indudablemente puede influir en nuestra conducta e irritabilidad. Este tipo de contaminación dificulta que podamos concentrarnos y perjudica a la memoria.